Lenguaje inclusivo en salud: cómo mejorar la comunicación con pacientes
- Dra. Beatriz Q. Vallejo

- Sep 2
- 2 min read
Las palabras también sanan
El lenguaje no solo informa: también puede sanar, acompañar o excluir. En salud, cada palabra cuenta. Por eso, hablar de lenguaje inclusivo no es una moda ni una imposición; es una invitación a reconocer la diversidad de las personas que atendemos.
Cuando un profesional de la salud utiliza un lenguaje inclusivo, promueve la comprensión, la cercanía y la confianza. En cambio, cuando las palabras hieren o excluyen —aunque sea sin intención— se crean barreras emocionales y cognitivas que afectan la comunicación y los resultados clínicos.
Más allá de cambiar vocales: el verdadero sentido del lenguaje inclusivo
Usar lenguaje inclusivo no se trata solo de decir todas, todos y todes. Se trata de construir mensajes que no asuman ni excluyan.
Por ejemplo, cuando hablamos únicamente de “mujeres embarazadas”, dejamos fuera a hombres trans o personas no binarias gestantes. Lo mismo ocurre cuando decimos el diabético, la asmática o el adicto: esas palabras reducen a la persona a su condición.
En su lugar, podemos decir:
Persona que vive con diabetes.
Niño que vive con autismo.
Persona con trastorno por consumo de sustancias.
Persona que vive en condición de pobreza.
👉 Primero la persona, luego la condición.Cambiar el orden de las palabras cambia también la forma en que esa persona se percibe y se siente tratada.
Lenguaje inclusivo y alfabetización en salud
La alfabetización en salud es la capacidad de las personas para obtener, comprender y usar información relacionada con su salud. Pero si esa información está cargada de tecnicismos, estereotipos o palabras que no representan a quien la recibe, la comprensión se pierde.
Un lenguaje inclusivo y claro permite que más personas entiendan sus diagnósticos, tratamientos y derechos. Cuando la comunicación mejora, los pacientes hacen más preguntas, siguen mejor las indicaciones y se sienten cuidados.
Y eso se traduce directamente en mejores resultados clínicos.

Comunicación inclusiva: un compromiso ético
Ser un profesional de la salud que comunica con inclusión también significa ser un agente de equidad.La equidad en salud no empieza solo con el acceso o el tratamiento, sino con cómo hablamos, escuchamos y explicamos.
Aquí algunas prácticas para comenzar:
🗣️ Usa lenguaje no estigmatizante. Evita vincular enfermedades con grupos o lugares. No digas “el COVID de China”; di “el primer brote epidémico de COVID fue detectado en China”.
📄 Revisa tus materiales. ¿Tus formularios, folletos y recursos educativos reconocen identidades diversas?
🙋♀️ Haz preguntas abiertas. No asumas; permite que la persona te diga cómo se identifica.
👂 Escucha y respeta. Pregunta cómo prefiere ser llamada y respeta sus pronombres.
📚 Capacítate. El lenguaje cambia, y aprender a usarlo bien es parte de tu compromiso ético y profesional.
Incluir es cuidar
El lenguaje inclusivo no busca dividir, busca sumar.Cuando las personas se sienten vistas, nombradas y respetadas, se atreven a contar su historia, a no ocultar información, a asistir a sus citas, a preguntar, a sanar.
Comunicar con inclusión también es cuidar.Y cuidar, desde el lenguaje, es una forma de sanar.
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