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Competencia cultural en la crisis del Fentanilo en Puerto Rico: justicia social y equidad en salud

El fentanilo, un opioide sintético 50 a 100 veces más potente que la morfina, ha desencadenado una crisis de salud pública a nivel mundial, Puerto Rico no es la excepción. En los últimos años, ha habido un incremento en las muertes relacionadas con sobredosis de opioides y el fentanilo ha sido un factor determinante. Para el 2023 hubo 635 muertes. Esto plantea un desafío urgente no solo para los sistemas de salud, sino también para los modelos de justicia social y equidad en salud, que deben estar preparados para abordar esta situación desde una perspectiva inclusiva y culturalmente competente.


El impacto del Fentanilo en Puerto Rico y la necesidad de competencia cultural


Puerto Rico ha visto cómo el fentanilo ha reemplazado a otras drogas ilícitas en el mercado local, Muchas de las personas afectadas desconocen que están consumiendo fentanilo, ya que a menudo se mezcla con otras sustancias, como la heroína o la cocaína y otros medicamentos de uso veterinario, sin que los usuarios lo sepan.


Las comunidades más afectadas incluyen poblaciones marginadas, donde las disparidades socioeconómicas y la falta de acceso adecuado a servicios de salud agravan el problema. Estas comunidades, a menudo subrepresentadas en las políticas de salud pública, son las que más sufren las consecuencias de la crisis de opioides. En este contexto, la competencia cultural se convierte en un componente clave para desarrollar un enfoque que realmente sea equitativo y efectivo.


pote con un liquido con etiqueta que indica que es fentanilo y una jeringa a su lado
Más de 600 personas han muerto en Puerto Rico por sobredosis de Fentanilo en 2024, lo que se podría catalogar como una crisis de salud pública.

Por qué la competencia cultural en la crisis del Fentanilo es vital para una respuesta efectiva


Para abordar eficazmente la crisis del fentanilo en Puerto Rico, es fundamental implementar intervenciones de salud que reconozcan las diferencias culturales, sociales y lingüísticas de las comunidades afectadas. La competencia cultural, entendida como la capacidad de los profesionales para comprender y respetar estas diferencias, es vital para garantizar que los servicios de prevención y tratamiento sean accesibles y efectivos para todos.


  1. Comunicación y confianza: Las barreras lingüísticas y culturales pueden dificultar la comunicación entre pacientes y profesionales de la salud, lo que puede llevar a diagnósticos erróneos, tratamientos inapropiados o desconfianza hacia el sistema de salud. Desarrollar competencias culturales significa que los proveedores puedan interactuar con los pacientes de una manera que construya confianza, respete las creencias y valores locales y sea sensible a las necesidades individuales.

  2. Educación y prevención sensible a la cultura: Las campañas de prevención deben ser culturalmente relevantes para tener un impacto en la comunidad a la que va dirigido. Los mensajes deben estar contextualizados basados en las necesidades. Las estrategias de prevención y educación deben tomar en cuenta factores como la pobreza, el acceso a la atención médica y la estigmatización del uso de sustancias para ser verdaderamente inclusivas.

  3. Acceso equitativo a los servicios de tratamiento: La competencia cultural es crucial para garantizar que las personas de todas las comunidades tengan acceso a servicios de tratamiento para la adicción y sobredosis. Muchas veces, los programas de tratamiento no tienen en cuenta las barreras económicas y sociales que enfrentan las poblaciones más vulnerables, como el transporte, la falta de documentación, de seguro médico y el estigma, entre otros. La equidad en salud implica que todos, independientemente de su origen, raza, género o condición socioeconómica, puedan acceder a una atención de calidad.

  4. Formación de los profesionales de la salud: Es necesario que los profesionales de la salud en Puerto Rico reciban capacitación continua sobre competencia cultural y sobre cómo esta influye en la atención a pacientes con problemas relacionados con el uso de sustancias. Esto no solo mejorará la calidad de la atención, sino que contribuye a una respuesta más inclusiva y efectiva en términos de justicia social.


Garantizar el acceso equitativo a los servicios de tratamiento con competencia cultural


Al considerar la competencia cultural dentro del marco de la crisis del fentanilo en Puerto Rico, también se aborda un tema más amplio: la equidad en salud. Esto significa ir más allá de tratar los síntomas de la crisis para atacar las raíces estructurales que perpetúan las disparidades en la atención sanitaria. El fentanilo, afecta desproporcionadamente a las poblaciones más vulnerables, y para garantizar un sistema de salud justo, se necesita un enfoque basado en la equidad, donde las soluciones se adapten a las necesidades específicas de cada comunidad.


Conclusión


El detonante para escribir este blog fue el escuchar la siguiente expresión por parte de un profesional de la salud: “Para acá que ni vengan”, haciendo referencia a las poblaciones recientemente afectadas por fentanilo en la costa norte de Puerto Rico. Implementar la competencia cultural como parte de la respuesta a esta crisis es esencial para asegurar que todas las personas, sin importar su origen o condición, reciban la atención que necesitan. Si los profesionales de la salud y las políticas públicas no reconocen las complejidades culturales y sociales de las comunidades que están siendo devastadas, cualquier intervención corre el riesgo de ser ineficaz o, peor aún, de perpetuar las desigualdades existentes.


Es momento de que las soluciones para la crisis del fentanilo en Puerto Rico se desarrollen con un enfoque centrado en las personas, en el que la equidad y la competencia cultural sean los pilares fundamentales. Solo así podremos avanzar hacia una sociedad más justa, saludable y equitativa para todos.

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