Vacunas y salud pública: mitos, verdades y el riesgo del resurgimiento de enfermedades
- Dra. Beatriz Q. Vallejo

- Sep 30
- 3 min read
Updated: Oct 4
Cuando bajamos la guardia, las enfermedades regresan
En pleno siglo XXI, hablar del resurgimiento de enfermedades prevenibles por vacunas no debería ser noticia. Y, sin embargo, lo es.
En los últimos años, Estados Unidos ha visto reaparecer casos de polio y sarampión, enfermedades que se consideraban eliminadas.En 2022, un joven no vacunado en Nueva York quedó paralizado por polio. En 2025, más de 1,200 casos de sarampión se reportaron en comunidades no vacunadas del suroeste.
Estos eventos son un recordatorio de que cuando disminuye la vacunación, los virus regresan.Y lo que ocurre en un país puede extenderse al resto del mundo en cuestión de semanas, porque ningún país está aislado.
Abordé este tema de la importancia de la vacunación en el podcast Comunica Salud. Lo puedes escuchar aquí:
La vacunación: un pacto de protección
Vacunarse no es solo una decisión individual; es un acto de responsabilidad colectiva.Cada dosis aplicada protege no solo a quien la recibe, sino también a quienes no pueden vacunarse por razones médicas.
A eso se le llama inmunidad colectiva: cuando la mayoría de la población está inmunizada, los virus y bacterias tienen menos oportunidades de circular y mutar.
Gracias a las vacunas:
La viruela fue erradicada.
El polio está casi eliminado en el mundo.
El sarampión, la difteria y la tosferina han disminuido drásticamente en lugares con alta cobertura.
Cada vacuna representa una vida salvada, una hospitalización evitada y una discapacidad que no ocurre.
Vacunar también tiene impacto económico
Además de salvar vidas, las vacunas reducen los costos en salud pública.Previenen hospitalizaciones, tratamientos prolongados y pérdidas de productividad.
La Organización Mundial de la Salud estima que cada dólar invertido en vacunación genera entre 14 y 44 dólares en beneficios sociales y económicos.
Invertir en vacunación es invertir en bienestar, desarrollo y equidad.

Desmontando los mitos sobre las vacunas
La desinformación ha generado miedo y desconfianza, pero la ciencia es clara.
❌ Mito 1: Las vacunas causan autismo
🔍 Verdad:
Este mito nació en 1998, cuando un médico británico publicó un estudio en The Lancet que vinculaba la vacuna triple viral (sarampión, paperas y rubéola) con el autismo.El estudio fue fraudulento, retractado en 2010, y su autor perdió su licencia médica.Decenas de investigaciones con millones de niños han demostrado que no existe relación entre las vacunas y el autismo.
❌ Mito 2: Las vacunas contienen mercurio tóxico
🔍 Verdad:
Algunas vacunas antiguas incluían Timerosal, un conservante con etilmercurio que se elimina rápidamente del cuerpo y no se acumula.Aun así, fue retirado de casi todas las vacunas infantiles desde 2001. No existe evidencia de que cause daños neurológicos.
❌ Mito 3: El sistema inmune de los niños no aguanta tantas vacunas
🔍 Verdad:
El sistema inmune enfrenta miles de antígenos naturales cada día.Las vacunas representan solo una mínima fracción de ese estímulo.Numerosos estudios muestran que aplicar varias vacunas a la vez no sobrecarga el sistema inmunológico.
Las consecuencias de no vacunar
Cada decisión de no vacunar afecta a toda la comunidad. Cuando un padre o madre elige no vacunar, no solo pone en riesgo a su hijo, sino también a los demás niños de su entorno. El resultado: brotes, discapacidad y muerte.
Por ejemplo:
El sarampión es una de las enfermedades más contagiosas y necesita más del 90% de cobertura para detener su circulación.
El polio puede causar parálisis irreversible.
La difteria puede asfixiar a un niño.
La tosferina puede ser mortal en bebés.
Permitir que estas enfermedades regresen sería un fracaso ético y social.
Comunicación en salud: una herramienta de prevención
En tiempos de desinformación, comunicar con claridad es un acto ético.
El rol del profesional de la salud trasciende el consultorio.No basta con aplicar las mejores prácticas clínicas; también hay que traducir la evidencia científica en mensajes comprensibles y accesibles.
Cada palabra que decimos puede fortalecer la confianza en las vacunas, inspirar hábitos saludables o motivar la prevención.Pero cada silencio o mensaje confuso puede abrir la puerta al miedo y al riesgo.
“La comunicación en salud no es un accesorio. Es un acto de responsabilidad social.” — Dra. Beatriz Q. Vallejo
Un llamado a la responsabilidad compartida
Las vacunas son un pacto de protección entre generaciones.Nuestros abuelos y padres lucharon para erradicar enfermedades que hoy vuelven a amenazarnos.
La salud pública comienza en cada decisión familiar, en cada comunidad y en cada país. No podemos permitirnos retroceder.
Hagamos de la comunicación un puente entre la ciencia y la confianza, entre la prevención y la esperanza. Porque no solo curamos con medicamentos: también sanamos con palabras, con claridad y con verdad.
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