Autocuidado y amistad: claves para prevenir el burnout en profesionales de la salud
- Dra. Beatriz Q. Vallejo

- Sep 16
- 3 min read
¿Quién cuida a quién cuida?
Los profesionales de la salud —médicos, enfermeras, psicólogos, educadores, terapistas— dedican su vida a cuidar a otros. Pero, ¿cuántas veces se detienen a cuidarse a sí mismos?
El autocuidado no es un lujo, es una responsabilidad profesional. No solo mejora nuestra salud física y emocional, sino que transforma la manera en que nos comunicamos con pacientes, colegas y comunidades. Y una de las formas más simples y poderosas de practicarlo es a través de la amistad.
La amistad como medicina para el autocuidado
Compartir con amistades no es pérdida de tiempo: es medicina. Es risa, conexión, confianza, calma. Y todo eso tiene un impacto directo en cómo ejercemos nuestras profesiones.
“Cuando nos regalamos tiempo con amistades de calidad, el trabajo deja de ser la única narrativa de nuestra vida. Nos reconectamos con lo humano, con lo cotidiano, con eso que nos nutre.”
El apoyo de una tribu —ese grupo de amigas o colegas con quienes compartes tu historia y tus risas— ayuda a prevenir el agotamiento emocional y la fatiga por compasión.
El autocuidado previene el burnout
Hacer pausas, reír, descansar y compartir son acciones que, aunque parecen pequeñas, tienen grandes efectos:
Previenen el burnout. Una pausa a tiempo puede salvar más que cien cafés.
Aumentan la empatía. Cuando nos cuidamos, llegamos a nuestros pacientes con más humanidad y calma.
Mejoran la comunicación. El bienestar emocional se refleja en cómo preguntamos, escuchamos y explicamos.
Fortalecen la perspectiva. Recordamos que somos más que profesionales: somos amigos, padres, hijos y soñadores.
El autocuidado no se trata de grandes gestos, sino de constancia y conciencia.

Tres prácticas sencillas para cuidar(te) y reconectar
1. Agenda una cita inquebrantable con tu tribu
Reserva un día fijo al mes para ver a tus amigos o colegas. Sin excusas.Ese espacio de encuentro —aunque sea una comida, una caminata o una película juntos— se convierte en una verdadera dosis de energía.
“Al otro día lo haces todo distinto, porque te sientes como si te hubieras puesto un suero de vitaminas.”
2. Crea micro pausas compartidas
Diez minutos de café en el pasillo, una conversación breve o una risa espontánea cambian el ambiente de trabajo.Estas pausas ayudan a liberar tensión y a reconectar con tus compañeros, incluso en entornos exigentes o tensos.
3. Celebra lo pequeño
Terminaste un turno, sobreviviste una semana difícil o un paciente llegó puntual a su cita: celébralo.Cada logro, por mínimo que parezca, activa en el cerebro una respuesta positiva que mejora el estado de ánimo y la disposición para cuidar.
Celebrar juntos crea equipos más unidos y ambientes más saludables.
Cuidarte para cuidar mejor
Compartir con amistades, reír y hacer pausas no te aleja de tu propósito: te acerca a él.Porque solo cuando tú estás bien puedes cuidar mejor a los demás.
“Cuidarme y disfrutar en buena compañía es la mejor inversión para poder cuidar a otros.” — Dra. Beatriz Q. Vallejo
Así que esta semana, hazlo simple: llama a alguien, comparte un café, ve una película, escribe una página en tu diario.Haz del autocuidado un hábito, no una excepción.
Comunicar también es sanar
El autocuidado y la amistad no solo fortalecen tu bienestar. También mejoran tu comunicación.Cuando te sientes bien, comunicas con más empatía, claridad y presencia.Y en salud, comunicar también es sanar y eso te convierte en un profesional 10 estrellas.
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